viernes, 15 de noviembre de 2019

El bueno el malo y el feo. La consolidación de un Icono.


1862 guerra civil en EU; un par de hombres han llegado a caballo a un lugar que promete un tesoro de 200,000 dólares. Uno es rehén del otro; y el otro depende de su presencia para ser quien es. Entonces el remolino de imágenes nos hace llegar al inicio de la historia que estamos a punto de concluir. Posterior a la explosión de un puente, vemos la llegada de estos hombres a su destino. Han sido semanas en las que sorteado una serie de devenires han arribado a esa tierra prometida. Se suma uno más. Ahí están. Son diálogos por medio de miradas y gestos; la música se ha convertido en coprotagonista de toda esta historia. Tres personajes, tres historias... Un solo fin. "Cuando tengas que disparar, hazlo... No hables".
La manera en que son retratados estos personajes lleva a sentir el ambiente, donde el clima y la fauna del lugar se convierten en unos personajes más alrededor de los rostros estoicos de estos forajidos. La fotografía nos hace sentir que el mundo es más grande de lo que imaginamos.
 Los rostros de estos hombres son tan humanos que percibimos y sentimos el sudor y la mugre del tiempo, que se insertan o vuelan como moscas permanentemente en nuestra vida. Ahí están estos hombres, mirándose y esperando la decisión del destino. "Cada pistola tiene su propia melodía”. 
El italiano Sergio Leone cerró con esta película la trilogía que algunos historiadores del cine han llamado las historias del "hombre sin nombre". Iniciando en 1964 con "Por un puñado de dólares"; continuando con “Por unos dólares más” un año después y finalizando en 1966 con “El bueno, el malo y el feo”.
El género del Western fue tratado desde el nacimiento del cine, con un cierto despecho como si fuera un subgénero barato, hasta la llegada de “El bueno, el malo y el feo”. El logro de Leone fue que filmando en España recreó en la pantalla un ambiente meramente Estadounidense.
Ha sido tal el impacto y la influencia en la historia del cine mundial que algunos cineastas rinden tributo a las escenas nacidas desde este film como Quentin Tarantino.
Dos colaboradores de Sergio Leone fueron los que ayudaron a revitalizar a este género: Ennio Morricone, que creó una música que se convirtió en coprotagonista de la historia, imitando la tonada principal en lo que podría ser el aullido de un coyote; y Clint Eastwood, que desde las historias anteriores presentó y desarrolló a un personaje que poco a poco fue disminuyendo sus diálogos hasta llegar a monosílabos y gestos. 
Ha sido tal la trascendencia de la historia que la banda musical Metallica abre sus conciertos con el tema central de esta historia: El éxtasis del oro. 

La banda sonora estuvo en los primeros lugares de popularidad por un año.
La unión de estos talentos y elementos nos dieron esta obra maestra que rebasando los 50 años se sigue hablando de ella. 



A lo largo de nuestra existencia, formamos parte activa o pasiva del título de esta obra. 
Somos en su momento los buenos, los malos o nos acomodamos en ser feos.

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